Después de no pocos años de
debate, podría sorprender que el orden de palabras de las lenguas
románicas medievales siga siendo tema de reuniones científicas
especializadas y objeto de estudio por parte de filólogos y lingüistas.
Se ha escrito mucho desde que
Benincà (1984) y Adams (1987) publicaron sus trabajos sobre los
dialectos septentrionales del italiano medieval y el francés antiguo,
respectivamente. A partir de ellos se gestó cierto consenso en torno a
la naturaleza V2 de los romances medievales. La comparación del francés
antiguo con las lenguas germánicas hizo mella en el modelo formal y dio
como resultado toda una serie de trabajos que establecieron que todas
las lenguas románicas medievales eran lenguas V2, independientemente de
que presentaran o no la asimetría propia de las lenguas germánicas entre
oraciones matrices y subordinadas (vid. Fontana 1993, para el español
antiguo).
Una mirada hacia el pasado nos
muestra que se ha avanzado mucho desde entonces, no solo en lo referente
al acceso y tratamiento estadístico de los datos históricos, sino
también en el conocimiento de las características de los textos que han
llegado hasta nuestros días: estructura informativa, tradiciones
discursivas, etc.
Los estudios recientes sobre el
orden de palabras ponen de manifiesto que las lenguas románicas antiguas
mostraban un efecto V2 imperfecto, puesto que son ya muchos los autores
que admiten la coexistencia de órdenes de palabras
OV y VO en estas lenguas. Zaring (2011: 1831) la atribuye a la
existencia de dos gramáticas en competencia en francés antiguo:
“the Old French data
show that the concomitantly occurring instances of VO in this
language must be due to the presence of grammars in competition,
where an older OV grammar is being replaced by a newer VO one”.
Pinto (2011: 156) sugiere una
explicación similar para el español antiguo:
“o español
antigo parece não possuir uma gramática V2 pura, mesmo que se
considere o efeito V2 das línguas románicas antigas diferente do
efeito V2 das línguas germánicas atuais […] O que fica claro a
partir da observação
dos dados, como já pontuado por Mensching (2009) […] é que havia
variação
entre estruturas V2 e estruturas não
V2 no español antigo. Pose-se supor, portanto, que o español antigo
apresentava um proceso de competiça)o
de gramáticas no sentido de Kroch (2001).”
Por su parte, Poletto (2002: 215), en un primer momento, se pregunta por
qué el romance antiguo, a diferencia del alemán o el holandés actuales,
no presenta la restricción de linealidad propia de las lenguas V2 que
prohíbe la aparición de dos o más constituyentes a la izquierda del
verbo y, en cierto sentido, admite que debe reformularse la idea de que
el romance medieval era V2. Se muestra partidaria de considerar que el
orden OV en italiano antiguo puede ser una emulación del orden de
palabras del latín a partir de una gramática VO y añade que todo estudio
que se precie debe indagar más allá del simple establecimiento de la
existencia de dos gramáticas en competencia:
“Research in acquisition
has shown that this [the VO/OV parameter] is one of the first
features of the language acquired by children, who already use the
basic word order of the language as soon as we are able to identify
it […] If the distinction between VO and OV languages is so stable
from the diachronic point of view and is set so early by children,
it is rather implausible that OI [Old Italian] speakers could use an
OV grammar just because they were influenced by Latin texts. On the
contrary, it is plausible that they mimicked an OV grammar using the
means of a VO grammar.” (Poletto 2014: 172)
Así las cosas, el objetivo de
este seminario es profundizar en el debate en torno a la naturaleza
tipológica de las lenguas V2 y examinar la interacción de los clíticos,
las dislocaciones a la izquierda y la posición de las cláusulas
adverbiales, entre otros aspectos, con el orden de palabras y la
distribución de la estructura informativa del español y catalán
antiguos.
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