Cantar de Myo Çid
Hoy:

Pronombres (y adjetivos) demostrativos.

Los demostrativos, pronombres deícticos que señalan en el espacio y en el tiempo, perdieron las distinciones casuales tras el desmoronamiento del sistema pero han mantenido las formas neutras para referirse a ideas o conceptos que no pueden reducirse a un único sustantivo.

En la deixis ostensiva o ad oculos, el latín contaba con tres formas de demostrativo que servían tanto para la función de pronombre como para la de adjetivo: HIC (referentes cercanos al hablante 'este'), ISTE (cercanos al oyente 'ese') e ILLE (referentes externos 'aquel').

El español conserva este sistema aunque las formas este, ese, aquel no descienden directamente de los deícticos latinos: HIC fue sustituido por el demostrativo de segunda persona ISTE (y de ahí este), el lugar de ISTE lo ocupó el enfático IPSE (y de ahí ese), mientras que ILLE, por la ambigüedad que presentaba al usarse también como pronombre anafórico y personal y como artículo definido, se reforzó mediante la partícula adverbial *ACCU, del latín AD ECCE EUM (y de ahí aquel).

Los artículos definidos, elementos anafóricos cuya función es hacer referencia a un elemento conocido por aquellos que participan en un diálogo o leen un texto, proceden de los demostrativos de tercera persona. En latín tardío los artículos no existían, pero ya se usaban partículas anafóricas como IPSE (enfático) o ILLE (el demostrativo de menor proximidad). Con el paso del tiempo acabó por preferirse la forma ILLE, de menor proximidad, por lo que el artículo surge de este demostrativo que hace referencia al entorno del discurso o acto de habla en general (por tanto, con valor anafórico) y cuyo valor deíctico en lo referente al espacio y al tiempo es el menos marcado de la serie.

El texto nos proporciona varios ejemplos de demostrativos:

Tenemos los artículos el, del latín ILLE, que por su uso átono (uso proclítico, puesto que es el nombre el que tiene el acento) perdió la última vocal y redujo –LL- a /l/; la, del latín ILLAM, los, del latín ILLOS; y las, del latín ILLAS.

También encontramos los demostrativos aquelos, que en el texto funciona siempre como un adjetivo y que es un demostrativo complejo formado a partir de la construcción adverbial AD ECCE EUM y el demostrativo de menos proximidad ILLE; y esta, esto, este, etc. del latín ISTE, ISTA, ISTUD (aunque expresa el valor del deíctico latino HIC) que se alternaban con las formas (a)questa, (a)queste, formadas por *ACCU ISTE.

Podríamos decir que el Cantar cuenta con dos sistemas de demostrativos: uno simple (este, esse, el) y otro complejo (aqueste, aquesse, aquel). El hecho de considerar que el puede funcionar como un demostrativo en el texto viene avalado por construcciones del tipo " la mi muger tan conplida", que hoy en día son claramente incorrectas con el artículo incluso si eliminamos el posesivo, pero son perfectas con el demostrativo (esta mujer tan elegante).

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