Características

El códice del Cantar

Apenas si se sabe nada sobre la primitiva historia del manuscrito de la única copia medieval conservada del Cantar de Mio Cid . Desde finales del siglo xv pertenecía al Ayuntamiento de Vivar y de ahí pasó al convento de Santa Clara, del mismo pueblo. A finales del siglo xviii fue enviado a Madrid, donde lo consultaron diferentes eruditos y fue peregrinando de biblioteca en biblioteca. En 1960 fue adquirido por la Fundación March, que lo donó a Biblioteca Nacional de España, donde se conserva actualmente con la signatura Vit.-7-17.

Actualmente está compuesto por 74 folios de pergamino grueso, distribuidos en cuadernos de diferente número de hojas, y mide 198 × 153 mm (en sus folios más anchos). Las dimensiones originales debieron ser algo mayores, pero las sucesivas encuadernaciones lo han ido empequeñeciendo. Al principio y al final se le han añadido sendas hojas de guarda. Su encuadernación actual se remonta al siglo xv y es en tapas de madera, forrada de badana y barnizada de negro. Su estado de conservación es bastante aceptable, a pesar de que ha perdido al menos 3 folios y de que los estudiosos tintaron algunas de sus páginas con diferentes reactivos químicos, para leer mejor el texto. En esos casos, sobre el pergamino aparecen unos feos borrones de color marrón.

Todo el cantar parece copiado por una misma mano, con letra gótica libraria redonda, que se puede datar hacia la mitad del siglo xiv. El mismo copista volvió sobre su trabajo y corrigió sus equivocaciones con el mismo tipo de letra, pero más fina y con tinta más clara. Otras letras antiguas que aparecen en el manuscrito (otras correcciones, fragmentos del cantar cortados por los antiguos encuadernadores y posteriormente restituidos, fragmentos de otras obras copiadas al final, notas de posesión…) son menos importantes.