Participio pasado
El participio español mantiene los valores verbales y adjetivales del participio latino y es, además, la forma utilizada para los tiempos compuestos. Pierde, sin embargo, el valor pasivo que tuvo en latín.
Es un tiempo no finito que originariamente va asociado a la pasiva y se usa solo en los verbos deponentes o en los transitivos (que podían tener morfología activa y pasiva). Se declina igual que los adjetivos de tres terminaciones, pero con la desaparición del neutro la flexión de género del participio quedará limitada al masculino y femenino. Por otra parte, surgen nuevas formaciones en el ámbito de la morfología derivativa (en general, todos los deponentes incorporan el interfijo incoativo –ESC- al pasar al romance: CRESCOR > creçer).
Los participios de la primera y cuarta conjugación latinas eran débiles. En español, las terminaciones -ATUS, -ITUS, y -UTUS de estos participios han dado lugar a las terminaciones –ado e –ido. Los verbos de la segunda y tercera conjugaciones presentaban participios fuertes (por ejemplo, DICTUS,A,UM; MISSUS,A,UM; etc.), pero en español muchos de ellos se han convertido en débiles y han adoptado la terminación –ado/-ido (metido < MISSU, pero insumiso < IN SUB MISSU).
En el texto hallamos:
- Valençia, la que myo Çid a conquista (a estos participios, se les ha denominado también participios truncos por carecer de la terminación -ado/-ido )
- arribado an las naues (participio de la primera conjugación latina y, por tanto, débil)
- Es dia es salido (con la terminación propia de la 4a conjugación latina = 3a romance)
- fecho (< FACTUS), del verbo FACERE
- dicha (< DICTA), de DICERE