Cantar de Myo Çid
Hoy:

Negación

El romance, a diferencia del latín, adoptó lo que se conoce como concordancia negativa desde los inicios (es decir, dos negaciones niegan). En latín, en cambio, la coexistencia de dos negaciones acarreaba un valor afirmativo. Por otra parte, en la mayoría de los romances medievales (incluso el castellano) se documentan estructuras de doble negación, tanto si los dos elementos negativos preceden al verbo, como si le siguen ( ninguno no vino, no vino ninguno ). Es decir, los términos de polaridad negativa debían reforzarse con un marcador negativo (generalmente non ) porque el significado etimológico afirmativo de algunos de ellos requería la presencia de un elemento negativo para que pudieran ser interpretados como negativos (por ejemplo: nada < NATUS, -A, -UM, participio pasado pasivo de NASCOR 'nacer'). En el fragmento que nos ocupa se atestigua ningun miedo non han (Término de Polaridad Negativa + marcador negativo + verbo).

“Nunca”  presenta vacilación porque ya en latín era negativo y, por tanto, no precisaba la presencia de ningún marcador negativo para ser interpretado con valor negativo. De hecho, en el texto lo encontramos sin marcador de negación: Alegre fue myo Çid, que nunqua mas nin tanto.

En las oraciones principales negativas el pronombre átono se situa delante del verbo, puesto que la negación es un desencadenante de proclisis (el non gelo gradeçe). En las afirmativas, en cambio, lo más frecuente es la enclisis pronominal o posición postverbal del pronombre átono.

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