Presente de indicativo

    Se incluye dentro del aspecto imperfectivo y mantiene las terminaciones latinas con las consiguientes evoluciones fonético-fonológicas. Solamente se modificó la tercera persona plural de los verbos de la tercera y la cuarta conjugación latina por analogía con las demás conjugaciones (la desinencia –UNT se sustituyó por *-ENT). Es necesario recordar también que el español medieval acostumbraba a apocopar la –e final de las terceras personas del singular.

          En el texto tenemos varios ejemplos de verbos en presente de indicativo:

- plaze (3ª p. sg.) ,del latín PLACERE, verbo de la segunda conjugación latina que pasó a la segunda conjugación española y cuya evolución fonético-fonológica es la esperable;

- auedes (2ª p. pl., aunque en el texto es una 2ª p. sg. de respeto: "que auedes señora"), que aún mantiene esa -d- que se perderá en el siglo XV pasando de una forma -edes a una forma -éis, y avemos (1ª p. pl.), verbos de la segunda conjugación española que son la evolución patrimonial de HABERE, de la segunda declinación latina; 

- lieva (3ª p. sg.), evolución del latín LEVARE, verbo de la primera conjugación latina que pasa a la primera española (a finales de la Edad Media la forma con [lj] inicial se sustituirá por una forma con [λ]: llevar) ;

- se (1ª p. sg.), del latín SAPERE, verbo de la tercera conjugación latina que evolucionará a la segunda española (la terminación en -e es una excepción que también hallamos en la forma "he" del verbo "haber", puesto que la evolución normal debería ser en -o);

- es y so, formas verbales que resultan de la fusión de los dos verbos latinos ESSE y SEDERE en el español "ser", verbo irregular. La tercera persona singular procedente del EST latino perdió la –t final y no diptongó la –e; y la persona del singular procedente del SUM latino perdió la -m final y por cambio fonológico regular pasó de [u] a [o]. Más adelante, esta forma so evolucionará al soy actual;

- esta, 3ª p. sg. del verbo "estar", del latín STARE, verbo de la primera conjugación latina que evolucionó hacia la primera conjugación española;

- podemos y puede, 1ª p. pl. y 3ª p. sg, del latín vulgar *POTERE, que sustituyó al clásico POSSE y que actualmente clasificamos junto con los verbos de la segunda conjugación. Se trata de un verbo que en latín era irregular en sus formas de presente y acabó asimilándose a la segunda conjugación latina con los consiguientes reajustes que dicho cambio implicaba (uno de ellos, la alternancia entre /o/ y /ue/ que podemos apreciar en nuestros ejemplos);

- faze (3ª p. sg.), del latín FACERE, verbo de la tercera conjugación latina que pasó a la segunda española a partir de una evolución normal;

- quiere, del latín QUAERERE, verbo de la tercera conjugación latina que pasó a la segunda española y que, pese a ser una tercera persona del singular, mantiene la –e final;

- deve (3ª p. sg.) y devemos (1ª p. pl.), ambas formas procedentes del latín DEBERE, verbo de la segunda conjugación latina que evolucionó a la segunda conjugación castellana. En nuestro texto encontramos este verbo insertado en perífrasis de obligación: "deve dezir" o "devemos tener".

- dizen, del latín DICERE, verbo de la tercera conjugación latina que pasó a la tercera conjugación hispánica;

- cae, tercera persona singular que evoluciona normalmente del latín CADERE, verbo de la tercera conjugación latina que pasa a la segunda conjugación española;

- acomiendo (1ª p. sg.), del latín COMMENDARE, verbo de la primera conjugación latina que pasó a la primera española con algún cambio fonético-fonológico como es la adición de a- o en- al inicio de dicho vocablo: acomendar (raramente) y encomendar;

- va, del latín VADERE. Se trata de la 3a p. sg. del verbo ir, del latín IRE, verbo cuyas formas de presente, tanto de indicativo como de subjuntivo, se substituyeron por las del verbo VADERE (verbo de semántica cercana), y éste pasó a expresar dichos tiempos de indicativo a partir de formas contraídas (en lugar de VADIT, va);

- vedes (2ª p. pl.) del latín VIDERE (actual "ver"), verbo de la segunda conjugación latina que pasó a la segunda española. Todavía conserva la -d- en su terminación -des (evolución patrimonial del la 2ª p. pl. latina -TIS), pero acabará por perderla a lo largo del siglo XV.

 

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Última actualización: 21/10/2008