|
|
El imperativo Las formas propias del imperativo son las de la segunda persona singular y la segunda persona plural. Tanto en latín como en español se ha usado este modo para mandatos afirmativos de segunda persona, para el resto de personas se ha tomado el subjuntivo como supletivo, y para los mandatos negativos el subjuntivo o el infinitivo. Cuydades, por ejemplo, es un imperativo de la segunda persona del plural. Observamos que comparte el mismo radical de la primera y segunda personas plurales del presente de indicativo (que poseen el acento en el radical), y que conserva aún la –d- propia de las formas paroxítonas de la segunda persona del plural. En latín contaban con cuatro desinencias distintas (una para cada conjugación) y que las de la segunda, tercera y cuarta conjugación acabaron por confundirse dejando al español solamente con dos desinencias imperativas: -a y –e. hay que recordar que también disponemos de formas singulares que tras apocopar la vocal final en castellano medieval no la volvieron a reponer y han llegado hasta nuestros días sin esta vocal desinencial.
|
Última actualización: 21/10/2008 |