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[39] De commo vna leona lleuo a Garfin, el fijo mayor del Cauallero Zifar

[Tanto andudo el Cauallero Zifar fasta que llego a vn reyno que le dizien Falac, de muy rica gente e muy apuesta.] E quando se cunplieron los dies dias despues que salieron de Galapia, moriosele el cauallo quel diera la señora de la villa, de guisa que ouo de andar bien tres dias de pie; e llegaron vn dia a ora de terçia çerca de vn montezillo. E fallaron vna fuente muy fermosa e clara, e buen prado enderredor della. E la dueña, auiendo grant piedat de su marido que venie de pie, dixole: “Amigo señor, desçendamos a esta fuente e comamos esta fianbre que tenemos.” “Plazeme,” dixo el cauallero; e estudieron çerca de aquella fuente e comieron de su vagar, ca açerca auian la jornada fasta vna çibdat que estaua çerca de la mar, quel dezian Mella. E despues que ouieron comido, acostose el cauallero vn poco en el regaço de su muger, e ella espulgandole, adormiose. E sus fijuelos andauan trebejando por aquel prado, e fueronse llegando contra el montezillo, e salio vna leona del montezillo e tomo en la boca el mayor. E a las bozes que daua el otro fijuelo que venia fuyendo, boluio la cabeça la dueña e vio commo la leona leuaua el vn fijuelo, e començo a dar bozes. [E] el cauallero desperto e dixo: “Que auedes?” “El vuestro fijuelo mayor,” dixo ella, “lieua vna bestia, e non se sy es leon o leona, e [es entrado] en aquel monte.” [E el cauallero caualgo luego en el palafren de la dueña, e entro por el monte;] peroque non fallo ningunt recabdo dello. E tornose muy cuytado e muy

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triste e dixo a la dueña: “Vayamosnos para esta çibdat que esta aqui çerca; ca non podemos aqui fazer sy non gradesçer a Dios quanto nos fas, e tenergelo por merçed.”

[40] De commo el Cauallero Zifar e su muger perdieron el otro su fijo en [l]a çibdat de Falac

E llegaron a la çibdat a ora de bisperas, e posaron en las primeras casas de albergueria que fallaron; e dixo el cauallero a la dueña: “Yre buscar que comamos e yerua para este palafren.” E ella andando por casa fablando con la huespeda, saliole el palafren de la casa, e ouo ella de salir en pos el, deziendo a los que encontraua que gelo tornasen. E el su fijuelo quando vio que non era su madre en casa, salio en pos ella llamandola, e tomo otra calle e fuese perder por la çibdat; e quando torno la madre para su posada, non fallo su fijuelo, e dixo a la huespeda: “Amiga, que se fizo mio fijuelo que dexe aqui?” “En pos vos salio,” dixo ella, “llamando madre señora.” E el Cauallero Zifar quando llego e fallo a la dueña muy triste e muy cuytada, e preguntole que auia, ella dixo que Dios que la queria fazer mucho mal, ca ya el otro fijuelo perdido lo auia. E el le pregunto commo se perdiera, e ella gelo conto. “Çertas,” dixo el cauallero, “Nuestro Señor Dios derramar nos quiere; e sea bendito su nonbre por ende.” Peroque dieron algo a omes que lo fuesen buscar por la çibdat, e ellos andudieron por la çibdat toda la noche e otro dia fasta ora de terçia, e nunca podieron fallar recabdo del, saluo ende vna buena muger que

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les dixo: “Çertas, anoche despues de bisperas, paso por aqui dando bozes, llamando a su madre; e yo auiendo duelo del llamelo e preguntele que auia, e non me quiso responder, e boluio la cabeça e fuese la calle ayuso.” E quando llegaron con este mandado al cauallero e a su muger, pesoles muy de coraçon, señaladamente a la madre, que fizo muy grant duelo por el, de guisa que toda la vezindat fue y llegada. E quando lo oyo dezir que en aquel dia mesmo [le auie leuado el fijo mayor la leona de çerca de la fuente, e deste otro commo lo perdiera ese dia], tomauan grant pesar en sus coraçones e grant piedat de la dueña e del cauallero que tan gran perdida auian fecho en vn dia. E asy era salida la dueña de seso que andaua commo loca entre todas las otras, deziendo sus palabras muy estrañas con grant pesar que tenia de sus fijos; peroque las otras dueñas la conortauan lo mejor que podian.

[41] De commo los marineros se lleuaron a la muger del Cauallero Zifar en la naue, e dexaron a el solo

E otro dia en la mañaña fue el Cauallero Zifar a la ribera de la mar, e andando por y vio vna naue [que se queria yr para el reyno] de Orbin, do dezian que auia vn rey muy justiçiero e de muy buena vida. E pregunto el Cauallero Zifar [a los de la naue] sy le queria[n] pasar alla a el e a su muger, e ellos dixieronle que [sy], sy les algo diese. E el pleteo con ellos e fuese para la posada e dixole a su muger commo auia pleteado con los marineros para que los leuasen [a] aquel regno do era aquel

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buen rey. A la dueña plogo mucho, e preguntole que quando yrian. “Çertas,” dixo luego, “cras en la mañaña, sy Dios quesiere.” La dueña dixo: “Vayamos en buen punto, e salgamos desta tierra do nos Dios tantos enbargos fizo e quiere fazer.” “Commo,” dixo el Cauallero Zifar, “por salir de vn regno e yrnos a otro, cuydades fuyr del poder de Dios? Çertas non puede ser, ca el es señor de los çielos e de la tierra e del mar e de las arenas, e ninguna cosa non puede salir de su poder, asy commo contesçio a vn enperador de Roma que cuydo fuyr del poder de Dios; e contesçiole commo agora oyredes dezir.

“Dize el cuento que vn enperador ouo en Roma, e auia muy grant miedo de los truenos e de los relampagos, e reçelandose del rayo del çielo que caya estonçe. E con miedo del rayo mando fazer vna casa so tierra, labrada con muy grandes cantos e muchas bobedas de yuso, e mientra nublado fazia, nunca de ally salie. E vn dia venieron a el en la mañaña pieça de caualleros sus vasallos, e dixieronle de commo fazia muy claro dia e muy fermoso, e que fuesen fuera de la villa a caça a tomar plazer. E el enperador caualgo e fuese con los caualleros fuera de la villa; e el seyendo fuera quanto vn migero, vio vna nuuezilla en el çielo, pequeña, e caualgo en vn cauallo muy corredor para se yr a aquella casa muy fuerte que feziera so tierra; e ante que alla llegase seyendo muy çerca della, ouose estendido la nuue por el çielo, e fizo truenos e relanpagos, e cayo muerto

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en tierra. E esta enterrado en vna torre de la su casa fuerte, e non pudo fuyr del poder de Dios. E ninguno non deue dezir: “Non quiero fincar en este lugar do Dios tanto mal me faze; ca ese [mesmo] Dios es en vn lugar que en otro, e ninguno non puede fuyr de su poder. E porende le deuemos tener en merçed que quier que acaesca de bien o de mejor, ca el es el que puede dar [despues] de tristeza alegria, e despues de pesar plazer; e esforçemosnos en la su merçed, e çierto so que en este desconorte nos ha de venir grant conorte.” “Asy lo mande Dios!” dixo ella. E otro dia en la mañaña despues que oyeron misa, fueronse para la ribera de la mar para se yr. E los marineros non atendian sy non viento con que mouiesen; e desque vieron la dueña estar con el cauallero en la ribera, el diablo, que non queda de poner pensamientos malos en los coraçones [de los omes, para fazer las peores cosas que pueden ser, metio en los coraçones] de los señores de la naue que metiesen a la dueña en la naue, e el cauallero que lo dexasen de fuera en la ribera; e fezieronlo asy. “Amigo,” dixieron al Cauallero, “atendetnos aqui con vuestro cauallo en la ribera, que non cabremos todos en el batel, e tornaremos luego por vos e por otras cosas que auemos de meter en la naue.” “Plazeme,” dixo el cauallero, “e acomiendovos esta dueña que la guardedes de mal.” “Çertas, asy lo faremos,” dixieron los otros. E desque touieron la dueña en la naue e les fizo vn poco de viento, alçaron la vela e començaron de yr.

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[42] De commo el Cauallero se partio de la ribera de la mar e se fue muy triste e muy desconsolado

E el cauallero andando pensando por la ribera non paro en ellos mientes, nin vido quando mouieron la naue. E a poco de tienpo vio la naue muy lexos, e pregunto a los otros que andauan por la ribera: "Amigos, aquella naue que se va, es la que va al regno de Orbin?" "Çertas," dixieron los otros, "sy." "E por mi auian de tornar?" dixo el. "Non desta vegada," dixieron los otros. "Vedes amigos," dixo el cauallero, "que grant falsedat me han fecho! deziendo que tornarian por mi mentieronme e leuaron mi muger." Quando esto oyeron los otros fueron mucho espantados de tan grant enemiga commo auian aquellos marineros fecho, e sy podieran y poner consejo, fezieranlo de muy buena mente; mas tan lexos yua la naue e atan buen viento auian, que se non atreuieron a yr en pos ella. Quando el buen Cauallero Zifar se vio asy desanparado de las cosas deste mundo que el mas queria, con grant cuyta dixo asy:

"Señor Dios, bendito sea el tu nonbre por quanta merçed me fazes, pero Señor, sy te enojas de mi en este mundo, sacame del; ca ya me enoja la vida, e non puedo sofrir bien con paçiencia asy commo solia. E Señor Dios, poderoso sobre todos los poderosos, lleño de misericordia e de piedat, tu [que] eres poderoso entre todas las cosas, e que ayudas e das conorte a los tus sieruos en las sus tribulaçiones e ayudas los que bien quieres que derramas por las desauenturas deste mundo: asy commo ayudeste los tus sieruos bien auenturados [Eustachio e Teospita] su

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muger e sus fijos Agapito e Te[ospito], plega a la tu misericordia de ayuntar a mi e a mi muger e a mis fijos que somos derramados por semejante. E non cates a los mis pecados, mas cata a la grant esperança que oue sienpre en la tu merçed e en la tu misericordia; pero sy avn te plaze que mayores trabajos pase en este mundo, fas de mi a tu voluntad; ca aparejado esto de sofrir que quier que me venga."

Mas Nuestro Señor Dios, veyendo la paçiencia e la bondat deste buen cauallero, enbiole vna bos del çielo, la qual oyeron todos los que y eran enderredor del, conortandole lo mejor que podian, la qual bos le dixo asy: "Cauallero bueno," dixo la bos del çielo, "non te desconortes [ca tu veras de aqui adelante que] por quantas desuenturas te auenieron que te vernan muchas plazeres e muchas alegrias e muchas onrras; e non temas que has perdido la muger e los fijos, ca todo lo abras a toda tu voluntad." "Señor," dixo el cauallero, "todo es en tu poder, e fas commo touieres por bien." Peroque el cauallero finco muy conortado con estas palabras que oya, e los otros que estauan por la ribera que oyeron esto, fueron mucho marauillados e dixieron: "Çertas este ome bueno de Dios es, e pecado fizo quien le puso en este grant pesar." E trauaron con el que fincase y en la villa, e quel darian todas las cosas del mundo que ouiese mester. "Çertas," dixo el cauallero, "non podria fincar do tantos pesares he resçebido; e acomiendovos a Dios." Caualgo en su cauallo e fuese por vna senda que yua ribera de la mar, e la gente toda se marauillauan destas desauenturas que contesçiera[n] a este cauallero en aquella çibdat; ca por

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esta razon vnos dezian de commo lloraua los fijos, deziendo que la leona le leuara el vno çerca de la fuente [a la qual dizen agora la Fuente] de la Leona, e el otro en commo le perdiera en la villa; [e] los otros dezian de commo aquellos falsos de la naue leuaron su muger con grant trayçion e con grant enemiga.

[43] De commo el burges dixo a los de la ribera de commo fallara los sus fijos de aquel cauallero, e de commo los porfijara el e su muger

E ellos estando en esta fabla, sobrevino vn burges de los mayores e mas ricos e mas poderosos de la villa, e pregunto que era aquello en que fablauan, e ellos contarongelo todo. "Çertas," dixo el burges, "non son perdidos los sus fijos." "E commo non?" dixieron los otros. "Yo vos lo dire," dixo el burges. "Yo andando el otro dia a caça con mis canes e con mi conpaña, senti los canes que se espantauan mucho, e fuy en pos ellos e falle que yuan latiendo en pos vna leona que leuaua vna criatura en la boca muy fermosa, e sacudierongela, e tome yo la criatura en los braços e traxela a mi posada. E porque yo e mi muger non auiamos fijo ninguno, roguel que quesiese quel profijasemos, pues  non le sabian padre nin madre. E ella touolo por bien e porfijamoslo. E quando fue en la tarde, estando mi muger a las feniestras con aquella criatura en braços, vio venir otra criatura muy fermosa del tamaño que aquella o poco menor, llorando por la cal; dixole: "Amigo, que es?" E el non respondio. E la otra criatura que tenia en braços viola commo yua

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llorando, e diole vna bos, e el otro alço los oios e viole e fue llegandose a la puerta, faziendo la señal quel acogiesen; ca non sabia bien fablar. E la mi muger enbio vna mançeba por el, e sobiogelo a la camara; e los moços quando se vieron en vno començaronse abraçar e a besar, faziendo muy grant alegria commo aquellos que fueron nasçidos de vna madre e criados en vno e conosçianse. E quando preguntauan a qualquier dellos: "Que es de tu padre e de tu madre?" respondian: "Non se." E quando yo llegue a la posada, falle a mi muger mucho alegre con aquella criatura que Dios le enbiara; e dixome asy; "Amigo señor, vedes quan fermosa criatura me traxo Dios a las manos! E si a vos fizo merçed en esta otra criatura que vos dio, tengo que mejor la fizo a mi en querer me fazer graçia e enbiarme esta otra. Çertas creo que sean hermanos, ca se semejan; e pidovos por merçed que querades que porfijemos a esta criatura commo fezimos a la otra." E yo respondile que me plazia muy de coraçon, e porfijamoslo.

"O Nuestro Señor!" dixo el otro burges, "[e] que buenas nueuas para el cauallero sy ouiese quien gelas leuar." "Çertas," dixo el otro, "yo quiero andar en su demanda estos ocho dias, e sy lo fallare dezirle-he estas buenas nueuas." E tomo cartas de los omes buenos de la çibdat por que lo creyese, e caualgo e fuese en demanda del cauallero; pero tal fue la su ventura que nunca pudo fallar mandado del, sy era muerto o biuo, e tornose para la çibdat e dixo a los omes buenos commo non podiera fallar recabdo ninguno del cauallero. E pesoles muy de coraçon. E todos punauan en fazer merçed e plazer a

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aquellas criaturas, e mas el padre e la madre que los profijaron, ca ellos eran muy [plazenteros, e de muy buen donayre, e muy linpios e bien] acostunbrados, maguer moços pequeños, ca asy los acostunbrara e los nodresçiera aquella buen dueña que los falsos leuaron en la naue, de que agora vos contara la estoria en commo paso su fazienda.

[44] Agora dexa la ystoria de fablar del Cauallero Zifar e fabla de su muger que fue leuada en la naue por la mar

Dize el cuento que quando la dueña vio que los marineros mouian su naue e non fueron por su marido, touo que era cayda en manos malas e que la querian escarnesçer; e con grant cuyta e con grant pesar que tenia en su coraçon fuese por derribar en la mar, e tal fue la su ventura que en dexandose caer reboluiose la çinta suya en vna cuerda de la naue, e los marineros quando la vieron caer fueron a ella corriendo, e fallaronla colgada; e tiraronla e sobieronla en la naue. "Amiga," dixo el vno de los de la naue, "por que vos queredes matar? Non lo fagades, ca el vuestro marido aqui sera mucho ayna; ca por razon del cauallo, que non podieramos de ligero meter en la naue, roguemos a otros marineros que estauan muy çerca de la ribera con su naue, que lo acogiesen y, e mucho ayna sera conbusco; e non dudedes. E demas, estos que estan aqui todos vos quieren grant bien, e yo mas que todos." Quando ella estas palabras oyo, entendio que eran palabras de falsedat e de enemiga, e dio

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vna bos e dixo asy: "Uirgen Santa Maria, tu que acorres a los cuytados e a los que estan en peligro, e acorre a mi, sy entiendes que he mester."

E desy tomaronla e fueron la meter en la saeta de la naue porque non fuese otra vegada a se derribar en la mar, e sentaronse ayantar, ca era ya çerca de medio dia. E ellos estando comiendo e beuiendo a sus solas e departiendo en la fermosura de aquella dueña, la Virgen Santa Maria, que oye de buena mente los cuytados, quiso oyr a esta buena dueña, e non consentio que resçebiese mal ninguno, segunt entend[r]edes por el galardon que resçebieron del diablo aquestos falsos por el pensamiento malo que pensaron. Asy que ellos estando comiendo e beuiendo mas de su derecho e de lo que auian acostunbrado, el diablo metioles en coraçon a cada vno dellos que quesiesen aquella dueña para sy; e ouo a dezir el vno: "Amigos, yo amo aquesta dueña mas que a ninguna cosa del mundo e quierola par mi; e ruegovos que non vos trabajedes ningunos de la amar; ca yo so aquel que vos la defendere fasta que tome y muerte." "Çertas," dixo el otro, "yo eso mesmo fare por mi, ca mas la amo que tu." Asy que los otros todos de la naue del menor fasta el mayor, fueron en este mal acuerdo e esta discordia, en manera que metieron mano a las espadas e fueron se ferir vnos a otros, de guisa que non finco ninguno que non fuese muerto.