SUYO, SUYA.
SUYO, SUYA.
a)
adj. Denota lo que es propio o pertenece a la tercera persona.
—
a ) Se usa
en esta forma completa cuando va unido mediante el verbo ser o seguido del nombre. «El cuerpo de la virgen particularmente es de Cristo y
tierra suya, que le acude, no con treinta p sesenta tanto, mas con ciento tanto.» Ávila, Epist. 2 (6. 259). + «No le conviene a la singular dignidad de madre suya [de Jesucristo] el
estar en compañía de otros, sino que por sí sola haga coro aparte, siendo singular en
la gloria, como lo fue en la vida.» Gran. Mem. del crist.
58 (R. 11. 2201). «Espero en el
Señor, será para mucha gloria suya, si lo deja acabar (que sin falta pienso será),
porque van almas.» Sta. Ter. Cartas, 1 (R. 55. 12). X «Salió a servirlos una hija suya, vestida en traje
morisco, y en él tan hermosa, que las más gallardas cristianas tuvieron a ventura el
parecerla.» Cerv. Pers. 3. 11 (Cl. Castal. 12. 354). «De este vinieron [las islas] a poder de un tal Herrera
yerno suyo.» Mariana, Hist. Esp. 16. 14 (2. 351). X «Estad, Marqués, satisfecho, ½ Que a saberlo, os lo dijera; ½ Y si no es la
envidia fiera ½ La que tal daño os ha hecho, ½ El ingenio singular ½ De Inés me obliga a que
arguya ½ Que ésa es toda industria suya.» Alarcón, El
examen de maridos, 3. 10 (Cl. C. 146. 199). X «El conde de Estremoz sirve y merece ½ A doña Serafina: yo he
sabido ½ Que el duque sus intentos favorece, ½ Y hacerla esposa suya ha
prometido.» Tirso, El vergonzoso en palacio, 2 (Cl. C.
2. 70). X «Antes de sepultar a doña Inés,
mandó que todos sus vasallos la besasen la mano, como a reina suya.» Lozano, Hist. y ley. 14 (Cl. C. 120. 138). X «¡Prodigio sin igual! ¡Digna victoria ½ Del rubio dios que del
oriente vino! ½ Bebamos en su honor; suya es la gloria ½ ¡Gloria sin fin al inventor
del vino!» Quint. Poes. (Cl. C. 78. 209). «El duque conociendo que era ya suyo completamente aquel
mensajero, para asegurárselo aun más, le ofreció grandes mercedes.» A. Saav. Masan. 2. 18 (5. 251).
—
b ) Cuando
precede al nombre se apocopa. «Se apretará las
manos, que es muestra de encogimiento y espanto y silbará como escarneciendo su burlada
esperanza.» León, Expos. de Job, 2. 27 (2. 73). X «Los profetas, cuando quieren hablar dellos,
signifícanlos por nombres de vientos o de bestias brutas y fieras; mas a Cristo y a su
reyno llámanle monte.» Id. Nomb. 2, Rey (Cl. C.
33. 131). X «Señáleles a la mañana y tarde
ciertas horas, y si en otras vinieren, avise al portero que les digan que vengan a sus
horas.» Ávila, Epist. 1 (Cl. C. 11. 19). + «Esto es lo que significó Mitranes por su carta.» F. de Mena, Teágenes y Cariclea, 5 (p. 187). «El rey don Jaime, para cumplimiento de su promesa, envió
su embajada a la república de Génova, significando el sentimiento grande que había
tenido de la prisión de Berenguer.» Moncada, Exped. 46
(R. 21. 441). «Cuando la mayor parte
de su ejército [de Xicontecal] se abrió en dos alas ---, cerrando el círculo
consiguieron el intento de sitiarlos [a los españoles] a lo largo.» Solís, Conq. de Méj. 2. 17 (R. 28. 2561). + «Ni un suspiro ½ Lanza aquel pecho [el de Jacinta] de roble, ½ Si no a la
grata memoria ½ Del que iba a ser su consorte.» Bretón, Muérete
y verás, 3. 11 (Cl. C. 92. 83). X
«Germánico murió convencido de que le habían matado; y su viuda lo creyó para
siempre, acaso porque sólo creemos con verdadera fe, entre las cosas de este mundo,
aquellas que tenemos las que más vehemente deseamos.»
Marañón, Tiberio, 2. 9 (p. 151). X
«Observaban con miradas primitivas al prisionero; se lo señalaban los unos a los otros,
y en sus ojos ardía una hostilidad idéntica.» Uslar-Pietri, Lanzas
coloradas, 5 (p. 60).
—
g )
Anteponer el artículo al posesivo fue muy común en lo antiguo. «Estando un día la discreta Selvagia con el su Silvano junto a la fuente
de los alisos ---.» Montem. Diana, 6 (p. 194). «Mas ya llegará día en que me vuelva ½ A llamar en
acento cariñoso ½ La su Minerva de los ojos verdes.» Hermosilla,
Iliada. 8 (1. 237).
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d )
Expresiones.
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a a ) De (por) suyo: naturalmente,
propiamente, sin ayuda ajena. «La paz pide
orden ---. Que lo alto esté en su lugar, y lo bajo por la misma manera: que obedezca lo
que ha de servir, y lo que es de suyo señor, que sea servido y obedecido.» León, Nomb. 2. 3 (3. 205). «Solo
con que un poeta de por suya ½ Una versificada friolera, ½ Correrá luego alguna voz
maligna ½ Que, sin más fundamento, le atribuya ½ Cualquier sátira indigna.» T. Iriarte, Epist. 4 (R. 63. 291). «Cervantes no contento con mezclar versos de ambos romances,
añadió de suyo los dos últimos.» Clem. coment. 2. 23
(4. 432). X «La gente de la aldea, como usted
sabe, es de por suyo, dejadona y abandonada.» Pereda (Pagés, Dicc.). X «Esa materia es de suyo muy resbaladiza, tanto que hasta
los maestros la miran con desconfíanza.» M. F. Suárez, Sueños,
3 (p. 229).
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b b ) Hacer de las suyas: proceder según su
genio y costumbre, por lo común de mala manera. «El
demonio hará de las suyas, y asombrarosha.» Ávila, Audi,
21 (Míst. 2. 166). «Pues él de do
vendrá agora? como diciéndole: hay algo aquí que enredar, o viene de hacer de las
suyas.» León, Expos. de Job, 1. 1 (1. 12). «¿Quién no ha visto en nuestro teatro, en las absurdas
comedias en que hace de las suyas algún taidor, celebrarse con algazara y silbidos que le
lleven luego a despeñar.» M. de la Rosa, Trag. esp. (1.
1162).
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g g ) Salir con la suya: lograr su intento
pese a las dificultades. «Saldrían [las
mujeres buenas] en esto con la suya, y vencerían a sus maridos con la razón.» Ávila, Eucar. 13 (3. 386). «Perseveraron
los walones en querer pasar adelante; y así, por no dejar salir con la suya a aquellos
soldados que con desobediencia lo intentaban, arremetió don Alonso.» Coloma, Guerra de los Est. Bajos, 3 (R. 28. 362).
b)
Cuando por respeto o cortesía se trata a la segunda persona de Ud. o
de Vuestra merced, entonces señala lo propio de la segunda persona, aunque siempre
concordando en tercera persona.
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a ) X «Señores, beso las manos de vuestras mercedes mil veces,
y suplícoles que se sirvan de mi pobreza, pues saben que soy toda suya.» Delicado, La Lozana (Cl. Castal. 13. 168). X «Por el correo pasado tuve el gusto de escribirle y la pena de tenerlo
que hacer en circunstancias tas aflictivas para Ud. a quien tanto he estimado. Hoy me da
el placer de leer una carta suya.» Uricoechea, carta 2 (Epist.
10. 4).
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a a ) Su usa con frecuencia en la despedida del
género epistolar. X «Mis recuerdos a todos en
su casa. Suyo siempre: Ezequiel.» Uricoechea, carta 12 (Epist.
10. 34).
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b ) Cuando
precede al nombre se apocopa. X «Por sus
poesías, por sus escritos en prosa, por sus cartas conocía el alma de Ud., toda pureza,
elevación, generosidad, y ahora tengo copia del relicario que la encierra.» Cuervo, carta 2 (Epist. 4. 46). X «Yo, amigo mío, admiro su ingenio, me asombro con su erudición; pero
nada me cautiva tanto en Ud. como su bondad ingenua y su modestia de sabio verdadero.» B. Peña, carta 5 (Epist. 4. 47). X «Mis recuerdos a todos sus hermanos y U. crea en el sincero afecto de
su amigo: E. Uricoechea.» Uricoechea, carta 2 (Epist.
10. 7).
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g )
Sustantivado. X «No soy yo en verdad quien Ud.
piensa, ni persona que pueda dar honra a nadie, y mucho menos a Ud., con mi amistad; antes
bien declaro con verdad que me honro mucho con la suya.» B.
Peña, carta 2 (Epist. 4. 39).
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d ) Para
evitar la ambiguedad suele complementarse el posesivo con la fórmula preposicional. Bello explica: «A veces se emplea su innecesariamente, declarándose
la idea de pertenencia por este pronombre posesivo y por su complemento a la vez: Su
casa de usted; su familia de ustedes. Eso apenas tiene cabida sino en el diálogo
familiar y con relación a usted.» Gram. §253. X «Sin duda —dijo Sancho— que vuesa merced debe
de estar encantado, como mi señora Dulcinea del Toboso; y plugiera al cielo que estuviera
su desencanto de vuesa merced en darme otros tres mil y tantos azotes.» Cer. Quij. 2. 72 (Cl. C. 22. 301).
c)
pron. posesivo.
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a ) «Porque hay un vestido, y mañana otro, y cada fiesta con el
suyo: y lo que hoy hacen mañana lo deshacen.» León, Perf.
cas. 3 (4. 439). «Los italianos siguen otro
camino, y cuentan nuestras cosas con la tibieza de ajenas, dilatándose en las suyas con
tanto cuidado, que a quien las leyere sin él causará alguna duda el determinar la
precedencia de ambas naciones en el valor y disciplina militar.»
Coloma, Guerras de los Est. Bajos, pról. (R. 28. 2). X «Tiene un plan, el cual es forzoso dejarle llevar a cabo, siquiera
porque no ha habido hasta ahora otro mejor que el suyo.» Larra,
Artíc. polít. y soc. (Cl. C. 77. 221).
X «Época personificada en el Góetz de Berchingen de Goethe, ese héroe de la edad media
llamado el de la mano de hierro, porque habiendo perdido la una se servía de otra
de este metal con la misma facilidad que con la suya.» Fern.
Caball. Lágrimas, p. 125. X «Aún le
quedaba corazón para sentir el dolor de los pobres, que había sido el suyo en otro
tiempo. Entendió todo lo que significaba él mismo como integración de la vida de
Casiana.» Alegría, El mundo es ancho y ajeno, 4 (p.
152).
—
b )
Refranes. «Quien dice lo suyo, mal callará lo
ajeno.» Comend. Griego, Refr. «Quien mucho duerme, lo suyo y lo ajeno pierde.» Id. ib. X «Quien da lo
suyo antes de su muerte, merece que le den con un maço en la frente.» Valdés, Diál. (Cl. C. 86. 26).
d)
sust. pl. Parientes, allegados, amigos y partidarios.
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a ) «Porque su amor, digo, el que los suyos le tienen, nos
provee a todos y nos rodea de amigos.» León, Nomb. 3. 2
(3. 348). X «En la casa del buen cristiano, el
levantarse pleitos, el caerse edificios, el sobrevenir pérdidas --- y el morírsele los
hijos, no es otra cosa sino una librea que da Dios a sus escogidos y un almagre con que
señala a los suyos muy privados.» Guev. Epíst. p. 321.
+ «Mandó [el Senescal] que se apeasen los
suyos, y él hizo lo mismo, y acometió segunda vez a los turcos; pero como ellos estaban
en lo alto y tenían algunos reparos, con piedras y flechazos defendían la subida, y
tiraban golpes más seguros y ciertos a los que más se señalaban.» Moncada, Exped. 14 (R. 21. 151). «Entregó [Andrónico] sus provincias al rigor de las armas enemigas,
desconfiando no tanto del valor como de la fe de los suyos.»
Id. ib. 42 (R. 21. 391). «La
tiene [el príncipe] por su misión y afecto [la lisonja]; en que pecaron el rey de
Galicia don Fernando, aborrecido de los suyos porque daba oídos a lisonjeros.» Saav. Emp. 48 (R. 25. 1221). «Al día siguiente --- llegó Xicotencal con un ejército de veinte mil
hombres, que al primer aviso de los suyos remitió la república de Tlascala para el
socorro de los españoles.» Solís, Conq. de Méj. 3. 7
(R. 28. 2751). X «La madre se va
haciendo y dice que si no fuera por la vecindad del señor Moro y los suyos aguantaría.» Delibes, Diario de un cazador, p. 20.
—
b )
Refrán. X «Quien a los suyos se parece ½ Honra merece.» Muntadas (Pagés. Dicc.). X
«Bien haya quien a los suyos se parece.» Cáceres y Sotomayor
(Pagés. Dicc.).
Per. antecl.
(Nótese la forma sos) Siglo
XV: X «En gasajo pude estar ½ Vamos siquiera
a passar ½ Por su puerta, Pascualillo.» Encina, Poes.
lír. (Cl. Castal. 62. 165). + «Con esta
virtud de liberalidad que touo [Enrique IV], fue bien seruido de los suyos.» Pulgar, Clar. var. 6 (Cl. C. 49. 58). + «En vengança de la sangre de los suyos, hordenó [Alarico] batalla
contra Roma y, asitiada, por arremetimiento, rompiola por fuego y por destruycion.» Túy, Crón. Esp. 2. 14 (p. 171). + «Paresçió --- bien probado e experimentado en Alosso Pérez, que non
quiso sacar a luz e a manifestaçión, siquiera ante el confesor, la orrible malvestad
suya.» Crón. Álv. de Luna, 113 (p. 345). X «Ya comenzava la invocaçión ½ Con triste murmullo su
díssono canto, ½ Fingiendo las bozes con aquel espanto ½ Que meten las fieras con su
triste son, ½ Oras silvando bien como dragón, ½ O como tigre faziendo
estridores, ½ Oras aullidos formando mayores ½ Que forman los canes que sin dueño son.» Mena, Lab. (Cl. C. 119. 128). X «Estos dos amos fueron sobervios e desconocidos a Dios, enpero el uno
fue salvo, el otro condepnado por premisyón de Dios, por quanto el uno, de Dios tentado,
se arrepintió e meresció ser a su regno restituído, después de fecha penitencia.» Arc. de Talav. Corbacho (Cl. Castal. 24. 213).
— Siglo XIV: +
«Del
[de Dios] rescebimos el ser, y el mas noble que podimos rescebir, pues somos fechos a
imagen y semejança suya.» Zifar, 123 (p. 255).
— Siglo XIII: +
«Rresucitarán
todos [los omnes] en cuerpos e en almas, e avrán los buenos bien por siempre e los malos
mal, cada vno segunt su meresçimiento.» Alf. X. Seten. ley
40 (p. 71). X «Mas por que los sos fechos no
fueron muy señalados para contar en esta hestoria ---.» Id. Crón.
Gen. (Cl. Ebro, 46. 50). X «El prado que
vos digo avíe otra bondat: ½ Por calor nin por frío non perdíe su beltat, ½ Siempre estava
verde en su entegredat, ½ Non perdíe la verdura por nulla tempestat.» Berc. Mil (Cl. C. 44. 4).
— Siglo XII:
X
«Dentro es su mugier e sus fijas amas a dos, ½ En que tiene su alma e so coraçón, ½ E otras dueñas
que las sirven a su sabor; ½ Recabdado ha, commo tan buen varón, ½ Que del
alcáçer una salir non puode, ½ Fata ques torne, el que en buen ora nasçió.» Cid, 2003 (Cl. C. 24. 214).
X «De los sos ojos tan fuertemientre llorando ½ Tornava la cabeça i estábalos catando.» Id. 1 (Cl. C. 24. 104).
Etim.
Del lat. suus, -a,
-um, 'suyo, propio, particular; parientes, allegados, amigos y partidarios',
influído por cuius. It. suo, cat. y port. seu.