ENROJECER.ENROJECER.
*
v.
a)
En general, Poner roja una cosa (trans.).
—
a ) x «Amos y siervos ya, no vencedores y vencidos, llegaron a
la ribera del Gambia, cuyas ondas enrojecían las últimas llamaradas del incendio.» Isaacs, María, p. 182. RAE «Y
se alegran luego, y saltan sobre el fuego, que ya la noche va enrojeciendo, y cantan.» J. R. Jiménez, Platero y yo (ed. 1948, p. 279).
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a a ) Con dat. de persona y un compl. instrum.
precedido de con. RAE «Disciplinantes
que se enrojecían los lomos con azotes despiadados.» D. F.
Sarmiento, Recuerdos de Provincia (ed. 1944, p. 193).
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b b ) Con un compl. instrum. como en el caso
anterior. x «Seguíanlo en grupos los toros de
venerable testa y enormes cuernos, solemnes en la cautividad, hilando una espuma en la
trompa, adormilados los ojos, que enrojece, con repentino fuego, la furia.» J. E. Rivera, La vorágine, 1 (p. 69).
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b )
Refl. RAE «El disco de la Luna se
enrojece.» Zorrilla, Obras (ed. Baudry, t. 1, p. 2331).
RAE «A veces se enrojecía | Arrojando fieras
llamas | Por los encendidos ojos.» A. Saav. Obras (de.
1894, t. 3, p. 22). x «Anochece; | El hilo
de la bombilla | Se enrojece, | Luego brilla, | Resplandece, | Poco más que una
cerilla.» A. Machado, Poesías completas, p. 145. x «Mientras tanto, en el arrebol que abría su palio
inconmensurable, dardeó el primer destello solar, y, lentamente, el astro, inmenso como
una cúpula, ante el asombro del toro y la fiera, rodó por las llanuras enrojeciéndose
antes de ascender al azul.» J. E. Rivera, La vorágine,
1 (p. 21).
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a a ) Con dat. de persona y un compl. circunst. de
lugar con en. RAE «La blanca piel del
pecho lampiño se le enrojecía en el cuello.» Aldecoa, El
corazón, p. 47.
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b b ) Con la prep. con, para indicar el medio
o causa. x «No será la mía la primera sangre
de los reyes de los achimis con que tu sable se enrojece.»
Isaacs, María, p. 173. RAE «Aún
se enrojece el cielo y la campiña con las póstumas gotas de su sangre.» G. Diego, Iniciales (ed. 1944, p. 45).
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g ) Intrans.
RAE «Aunque en pequeña cantidad en el agua
hirviendo, enrogece el papel azul de girasol.» Memorial
literario (6, 155).
b)
Particularmente, Ruborizar, hacer que alguien se ponga rojo de vergüenza (trans.).
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a ) RAE «Ya le enrojece el pudor.»
Bretón, Poes. (ed. 1883, t. 5, p. 232).
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a a ) Actuando como acus. el rostro, o sust.
equivalente, y pasando a dat. la persona afectada. RAE «[La] dádiva --- le llenó de asombro --- hasta enrojecerle la cara.» Pereda, Peñas arriba, p. 214.
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b )
Refl. Siendo sujeto el rostro, o sust. equivalente. RAE «El rostro pálido del prior se enrojeció súbitamente.» P. A. Alarcón, Nov. 2ª serie, Historietas nacion. (ed. 1881,
p. 192). RAE «Su cara se enrojeció
levemente.» Aguinis, Cruz invertida, p. 142.
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g )
Intrans. Siendo sujeto la persona afectada.
x «María Rosario se detuvo bajo la lámpara y me miró con ojos asustados, enrojeciendo
de pronto.» Valle-Inclán, Sonata de primav. p. 29. x «Volvió la cabeza [María Rosario] y, viendo que me
acercaba, enrojeció vivamente.» Id. ib. p. 31. x «Alicia y la niña Griselda enrojecieron.» J. E. Rivera, La vorágine, 1 (p. 38). RAE «Ella le estrechó la mano y le dio las gracias tres veces tan efusiva y
tiernamente, que el joven enrojeció, como si se le hubiera colgado al cuello.» Laforet, Isla demonios, p. 256.
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a a ) Con ante seguida del sust. que indica
aquello que produce el rubor. x «Yo tengo una
grande, una profunda simpatía por estas señoras de pueblo; un deseo de parecer bien las
hace ser un poco tímidas; acaso visten trajes un poco usados; quizá cuando se presenta
un huésped, de pronto, en sus casas modestas, ellas se azoran levemente y enrojecen ante
su vajilla de loza recia o sus muebles sencillos.» Azorín, Ruta
de D. Quiiote, 8 (p. 364).
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b b ) Con de seguida del sust. rubor, o equivalente.
RAE «Rafael enrojeció de rubor, tembló de
cabeza a ples.» Blasco Ibáñez, Entre naranjos (ed.
1919, p. 109).
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d ) Part.
RAE «A mi llegada, entrambos | Quedaban de
improviso | Enrojecida Celia | y pálido Dorilo.» González del
Castillo, Obras (ed. Acad. t. 3, p. 482).
Etim.
De en y rojo, y
éste del lat. russeus. Se trata indudablemente de una palabra moderna cuya primera
documentación corresponde, según Corominas (DCEC s. v. Rojo) al s. XVII,
concretamente a Lope de Vega. Parece que en la Edad Media, para este sentido, se empleaba bermejecer,
embermejecer o embermejar, derivados de bermejo, palabra que
desempeñaba la función significativa del actual rojo, al que, por otra parte,
correspondía sin duda un significado distinto del que hoy tiene (para los pormenores de
su evolución semántica, véase lo dicho por A. Castro en RFE, t. VI, pp. 290-298, y por
Corominas en su DCEC s. v. Rojo). De las lenguas romances tan solo el gall. ofrece
un término etimológicamente equivalente: se trata de enroxecer, registrado por E.
Rdgz. Glez. en su Dicc. gall., pero sin duda es un castellanismo usado tal vez en
la lengua escrita; el pueblo, en efecto, tan solo utiliza roxear con el sentido de
'descolorar', lo cual confirma la tesis de Corominas de que rojo debió de indicar
en un principio un color claro.
Conjug.
Presenta las siguientes formas
irregulares: enrojezc-o; enrojezc-a, as, a, amos, áis, an.