Seades.

s.v. , SER, las formas de este verbo castellano resultan de una fusión de las de dos verbos latinos: la mayor parte proceden del lat. ESSE íd., pero las demás, incluyendo el futuro, el condicional, los presentes de subjuntivo e imperativo, y las formas impersonales, vienen del lat. SEDERE ‘estar sentado’, que debilitó en cast. y port. su sentido hasta convertirse en sinónimo de ‘estar’ y luego de ‘ser’. 1ª doc.: orígenes (varias formas se encuentran en las glosas de Silos y de San Millán, del S. X; el infinitivo sedere significa ya el sentido ‘ser’ en aquéllas). [Corominas y Pascual, DCECH, vol. V, p. 213].

Se trata de una forma paroxítona de la 2ª persona del plural que sufrió la pérdida de la /d/ de modo ocasional ya durante el siglo XIV, aunque es en los dos primeros tercios del XV cuando el fenómeno se manifiesta con toda intensidad. El hiato resultante se resolvió casi inmediatamente en una pronunciación monosilábica, por vía de asimilación (ej. –aes > -ás) o de disimilación/reducción del hiato (ej. –aes > -áis). [Penny, Ralph; Gramática Histórica del español, edición española a cargo de José Ignacio Pérez Pascual, Ariel Lingüística, Barcelona, 1993, p. 155].